6 piscinas o pozas naturales en Galicia
En esta época, con el veranito encima y los días de calor, hay que estar buscando continuamente nuevos planes de ocio donde pasar los fines de semana en familia, amigos o pareja. Y en esta incansable búsqueda, hemos descubierto un plan genial donde disfrutar todos juntos: las pozas naturales.
En Galicia hablamos siempre de la costa y de los acantilados, de las Rías Altas y Baixas, de playa y arena, pero… ¿y si hubiera un paraíso en el interior de Galicia que no conocemos?
Las piscinas naturales son una gran alternativa para darse un baño refrescante y disfrutar de la naturaleza que rodea el entorno.
Prepara bañador, picnic, mesita y, ¡a disfrutar del día!
1. Caldeiras do Castro
Na Costa da Morte guardan algún que otro secreto que poco a poco van revelando. Un ejemplo son las Caldeiras do Castro, en Muxía. Las caldeiras tienen de todo: cascadas, saltos de agua, piscinas naturales de diferentes tamaños…
Hay un aparcamiento cercano donde dejar el coche, lo encontrarás bien gracias a una ermita cerca, y después la única forma de llegar es andando por diferentes caminos. Al llegar, te encontrarás con unas escaleras que dan acceso directo a la zona.
Hay varios sitios donde podrás bañarte, desde lo alto de la cascada hasta la parte ancha del río, más tranquila y sin corrientes.
2. Pozas de Nuveira
Cerca de la conocida Cascada do Ézaro, nos encontramos un pequeño tesoro que casi nadie conoce y que no aparece en ninguna guía turística. Cuando el Río Arcos, afluente del Xallas, se topa con el pueblo homónimo, forma una cascada con un desnivel de unos 10 metros. Allí se forma una poza donde podrás bañarte y refrescarte. Además, la ventaja de que no sean muy conocidas es que no te sentirás agobiado, pues solo habrá gente del pueblo u otras personas que hayan leído este artículo (jeje).
Cerca podrás visitar el famoso Monte Pindo, la Cascada del Ézaro… o ir hacia el norte y visitar Cee, Corcubión y seguir hasta Fisterra.
3. Pozas del Río Pedras
Dejando a un lado las preciosas playas de A Pobra do Caramiñal, hay un sitio que se lleva la palma.
Un lugar espectacular de inicio a fin en un entorno idílico, donde la naturaleza te recoge en su regazo y te mece durante toda la visita. Como las primeras, tienen un pequeño parking donde dejar el coche y empezar a andar para llegar a las pozas. Recomendamos ir con calzado cómodo y llevar ya la comida para pasar el día. Además, como consejo recomendamos explorar la zona y ver todas las piscinas, ya que hay varias y la gente suele fijarse más en las primeras.
4. Pozas da Moura
En Moaña podemos disfrutar de las conocidas Pozas da Moura, justo en el Monte Domaio. Al paso del Río Muíño por el Monte se forman unas alturas y cascadas bastante pronunciadas, ya que, ¡desciende sobre 500 metros en solo 3 kilómetros! La fervenza llena de agua el jacuzzi natural de las Pozas da Moura, con unas vistas increíbles a toda la ría de Vigo.
La leyenda dice que allí se oían los lamentos de una “moura”, mujer mitológica de pelo rubio y ojos azules, que lloraba la pérdida de su amado, pues era campesino y su padre, al no aprobar la relación, decidió matarlo. Se dice también que se puede ver claramente en las noches de San Juan.
Y aunque esto solo sea una leyenda, la poza en sí está rodeada de magia, pues sus aguas y el entorno parecen de otro mundo.
5. Pozas de Melón
En Melón, provincia de Ourense, podemos refrescarnos los días de calor en unas piscinas naturales. Estas son llamadas las Pozas de Melón, y vamos a contaros un poco sobre ellas.
Hay varias pozas, empezando por la da Estrela, de impresionantes aguas cristalinas; la de Arriba, donde se mezcla el idílico entorno con el puente de la autovía; la Poza das Mestas, la más virgen y natural; y las Pozas de Tourón, con su correspondiente cascada.
Son el lugar perfecto para descansar y tomarte un día de relax. Aunque eso sí, hay una caminata previa a llegar, desde donde dejas el coche en el parking, hasta la primera poza.
6. Pozas de Mougás
Para encontrar la paz tan deseada y sentirte en plena naturaleza, deberás ir a las Pozas de Mougás. En la carretera que une Baiona y A Guarda debes coger un desvío que lleva a una pista sin asfaltar que nos acerca a una zona recreativa donde sentarnos y comer algo.
Aquí ya es el momento de bajarnos y ponernos a andar por la pista de la derecha, hasta llegar a la primera poza. Cerca también hay un camino que nos permitirá seguir la ruta hasta el mirador del Alto da Cabeciña, donde podemos disfrutar de las increíbles vitas a la costa y el mar. Cerca del mirador también encontramos restos y conjuntos históricos con más de 4000 años.
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